lunes, 1 de febrero de 2010

Acaba con tu cultura combi terrestre y aquatica!



ABORTAR LA HIPOCRESIA


Pregunto en clase de derechos humanos a mi audiencia, hombres y mujeres, la mayoría mayores que yo, “¿y ustedes qué piensan de este tema del aborto?” Un par de voces desde el fondo, “¡en defensa de la vida! ¡abortar es matar! ¡esas son madres asesinas!” me gritan atropellando las voces. “¿Les parece si pensamos juntos sobre este tema, cómo si nadie lo hubiera pensado aún?” – propongo. “Noto en su manera de hablar demasiadas emociones y así no se puede pensar” “¿Ponemos la culpa (la bendita culpa) a un lado para pensar con libertad? Quizás lleguemos al mismo lugar en el que ahora estamos, pero veamos a dónde nos lleva pensar solitos”- propongo ingenuamente.

Es entonces cuando esta mujer hace explícito lo que sabemos pero nunca había oído de manera tan literal: “¿pero cómo vamos a pensar sin culpa?, si es la culpa la que nos hace ser buenas personas… por lo menos a los que queremos serlo!”, acusándome muy sutilmente de estar fuera del ámbito de lo que ella y otros consideran que es ser buenas personas.

Al salir al descanso, una de las mujeres me dice como en secreto pero en voz no tan baja. “Pero qué tanta cosa, si te tomas unos mates de coca bien cargados y ya nadie dice nada”. Luego el hombre de más allá, que podría parecerse a algún tío mío, se acerca y me dice riéndose, “uuuy no creo que convenzas a nadie ah, pero si sigues hablándonos quizás logres destapar aunque sea un poquito.” ¿Convencer? ¿a quién? ¿de qué?, ¿de pensar libremente? ¿De eso hay que convencer a alguien?

Si en este país se van a tomar decisiones políticas y éticas sin una reflexión y visión comprensiva de la realidad, y se va a posponer hasta quién sabe cuándo el esfuerzo de elevar los estándares de vida y fomentar la libertad – responsabilidad de sus ciudadanos, creo que nuestras publicitadas pretensiones de ser un país moderno en el que además nos ufanamos de valorar la diversidad (supongo que esto incluye la de pensamiento), son preocupantemente bajas.

Si este no va a ser un estado laico y se van a tomar decisiones vitales desde la perspectiva de la fe de algunos creo que estamos por lo menos en derecho de saberlo para tomar nuestras no tan divinas providencias en todos los ámbitos de la vida. No podemos seguir habitando la hipocrecía ni alimentando con palabras absurdas y silencios cómplices los dobles discursos y la incoherencia sitemática. Parece que por lo pronto nuestras más importantes decisiones las seguirá tomando el libre mercado y la fe de unos cuantos. ¿Nosotros? No nosotros no, cualquiera menos nosotros. Hipócrita escenario liberal.

Al regresar de dictar el curso durante todo el fin de semana, debo confesar que estaba agotada. Me metí en la cama y me di cuenta de lo cansada que estaba y de este airecito de resignación que se había colado por el cansancio. “Necesito algo en qué creer” – sentí. Una religión que tenga como únicos dos mandamientos: Pensarás y No obligarás a nadie a creer en nada junto contigo. Amén.

http://sandrasalcedo.wordpress.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario