lunes, 23 de marzo de 2009

PROYECTO RÍMAC EN AQUA 12


 









Por: Alejandro Jaime

 

La exposición “PROYECTO RÍMAC: Reflexión, aporte y recuperación desde el arte” se inauguró el 4 de diciembre de 2008 en el Centro Cultural de España, y comprendió un amplio material de documentación desarrollado a través de piezas musicales, instalaciones, objetos, soporte multimedia, esculturas, fotografías, ensamblajes, y hasta productos utilitarios hechos con basura recogida del mismo Rímac, como muebles, modulares y bolsos de PET. Un proyecto para tomar consciencia de qué es lo que hemos hecho con nuestro río principal.

 

La llegada fue tranquila, digo, la sensación. El Rímac se adentra en el mar discretamente, como quien corre y corre hacia la multitud para perderse después de tantos golpes y por fin sentirse tranquilo, anónimo.

El mar parece recibirlo feliz, abrazándolo con olas que son como palmaditas en la espalda.

Bienvenido hermano le dice, aún no estás muerto.

El río lo tiñe acusándole lo que le han hecho.

 

La verdad es que lo primero que pensé cuando salió la idea de caminarlo todo, fue: ¿cómo hacemos en la parte de Lima, Zarate, El Agustino y el Callao, que, como todos sabemos, es achoradaza?

 

Y ahí fue que me dí cuenta que para mí el Rímac era solamente un nombre, no significaba nada más. El río que dio de beber a las personas involucradas en que yo exista y que hace posible la ciudad en donde vivo, no era parte alguna de mi vida. No tuve reparo en postergar planes, florear en la chamba y alejarme de los afectos; queríamos reencontrarnos con ese río y entender porqué ya no era nuestro.

 

Guillermo Palacios, su alter ego Superazul (un superhéroe que siempre llega tarde), Jorge Luis Baca (un abogado que no ejerce por vocación), y el que escribe, todos con el arte como herramienta, salimos en busca de la gota madre del agua que sale de nuestros caños. La noche antes de salir dejamos el blog listo, en el cual colgaríamos periódicamente los registros que desarrollaríamos durante el recorrido, en video, fotografía, dibujo y textos, valiéndonos de diferentes plataformas de documentación gratuita como wordpress, youtube y flikr. 13 amigos, entre músicos, arquitectos y artistas de todo tipo, siguieron nuestra caminata a través del blog y desarrollaron propuestas creativas desde sus respectivas disciplinas a partir del material que colgábamos mientras caminábamos, las cuales serían mostradas en una exposición junto con el material de registro del recorrido; todo esto lo íbamos planeando sobre la marcha y los contactos con estos amigos-artistas-colaboradores-invitados se daban muy espontáneamente. Creo que fue justamente eso lo que hizo que el proyecto funcione, la mística del “todo va a salir bien, no te preocupes” que muchas veces la ciudad inhibe.

 

Antaccassa nos recibe con los brazos abiertos, humildemente: el sol poniéndose, prendiendo con fuego todo lo que ilumina, y la pequeña laguna madre escondidita, limpiecita peleándose por ser más azul que el cielo que la cuida. Fue un momento especial, sin nevados ni geografías apoteósicas alrededor; fue un redescubrimiento más bien íntimo, por eso más intenso.

 

Nuestra agua surgía así, desde humedales, desde el suelo mismo, desde la entrañas de los Andes. La imagen de esa lagunita con aguas de verdad no se me iría más.

 

20 kilómetros, baños deliciosamente helados, y las últimas visiones de una cordillera que parece ya no querer saber nada de los costeños; de ahí comienza la enfermedad, los campamentos mineros, los pueblos, y nosotros, la gente de paso. Todo esto comienza a envenenar esas aguas a las que ya había agarrado el gusto, que sabían a Dios.

 

El camino duró 21 días en total, hasta la desembocadura en la Base Naval del Callao, y registramos todo lo que encontramos en los 145 km. de cauce: nevados, lagunas gigantescas, lagunas chiquitas, genocidios ecológicos, indiferencia, carteles de reelección, niños bañándose mientras al lado su familia lava la ropa en la misma agua, supersayayayines y dinosaurios de caña, papel y pólvora, grafittis, huelgas mineras, familias rescatando pedazos de cauce para piscigranjas, puentes de todo tipo, hidroeléctricas, recovecos preciosos, cementerios lindos, pueblos bendecidos e ignorantes, carreteras, pasteleros, choros, putas, canchas de fulbito, un Palacio de Gobierno que literalmente le da la espalda su río, gallinazos, buscadores de no sé qué en el lecho, monos muertos, una derechita constante, perfecta y en su sitio en plena desembocadura (el mar estaba chico), civilización, y un río que aguanta todo y que llega muy golpeado al mar.

 

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www.rimac.wordpress.com

 

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