martes, 17 de marzo de 2009

SURFING, MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO





















Una estrategia global que urge

Por: Jaime Modenesi, ingeniero agrónomo, experto en temas de conservación y ecología

No hay peor cosa que ver cómo los humanos estamos deteriorando el planeta a pasos agigantados. Hoy, no es raro encontrar ríos infectados con residuos tóxicos, áreas de vegetación deforestadas sin ningún criterio de sostenibilidad, y mares y océanos fuertemente contaminados por los deshechos de las ciudades en donde habitamos. Esto sin mencionar las terribles secuelas que un calentamiento global fomentado por el hombre está dejando por todo el mundo: aires irrespirables, deshielos acelerados y cambios climáticos altamente perturbadores. Por eso, nosotros, los tablistas, desde nuestro romance con la naturaleza, algo debemos empezar a hacer para menguar estos irreparables daños a nuestra principal fuente de inspiración y de vida.

 

 

Esta idea de cómo los tablistas y el mundo del surf pueden efectivamente estar contribuyendo a estimular la conservación del medio ambiente nació un día en Cabo Blanco viendo un campeonato de tubos. Ese día vi a la nueva generación de tablistas recogiendo basura y colocándola en bolsas. Esto incentivado por sus madres y padres. En ese momento pensé, impulsivamente como suelo hacerlo, que el tablista, al haber elegido un estilo de vida diferente en donde se prefiere la naturaleza a las ciudades, da un indicio esperanzador de que la apreciación y el respeto por los ecosistemas sí tienen importancia, y mucho, en el grueso de deportistas de aventura.

 

Este artículo trata de remarcar la responsabilidad social que tenemos como tablistas en cuanto a la conservación medioambiental. El hecho de que la Surfer Magazine, por ejemplo, haya cambiado el material habitual de sus páginas por papel reciclable es uno de los tantos indicadores que confirman esto. Igualmente, hace algunos años la tradicional fábrica Clark Foam cerró sus puertas para siempre al encontrar que sus residuos eran poderosos agentes contaminantes; un auténtico despropósito para una marca que promocionaba un deporte que en esencia depende de la naturaleza. También, en Inglaterra existe una organización sin fines de lucros llamada Surferes Against Sewage (SAS), en castellano “Tablistas en contra del desagüe”, que realiza campañas que promuevan océanos limpios y libres de contaminantes.

 

Igualmente, como uno de los ejemplos más recientes al respecto, y que puede repercutir directamente en nuestro país, la marca australiana Billabong viene desarrollando hace dos años un tejido de poliester reciclado y reciclable hecho de botellas de plástico. Con esta nueva tecnología, la marca lanzó la línea Billabong Eco Supreme Seude, logrando hasta la fecha reciclar tres millones de botellas de plástico que han sido reutilizadas para la confección de los boardshorts. Con 10 botellas se puede realizar un par de boardshorts. Este es un gran número de botellas que ya no verás flotando en el océano, ni en las orillas ni obstruyendo las cañerías.

 

Para dar a conocer cómo desarrollar estas iniciativas, Billabong llevará a cabo dos talleres denominados “Amigos del Medio Ambiente”, dirigidos a la toda la familia, y que tiene como finalidad dar a conocer el problema y la solución de nuestro entorno a través de enriquecedores experimentos. Estos primeros talleres serán el viernes 20 y el sábado 21 de marzo, a las 8:00 pm, en la tienda Billabong del Boulevard de Asia. El único requisito es llevar botellas de plástico para su reutilización.

 

Algunos datos sobre la contaminación en nuestros océanos

 

1.      En el Océano Pacífico existen áreas con más de un millón de piezas de plástico por kilómetro cuadrado.

2.      Cada año, 62 millones de litros de gasolina llegan a los océanos desde nuestras calles y estacionamientos. Casi dos veces el derrame que hubo en Alaska, en 1989, causado por el buque Exxon Valdez, cuyos daños hasta el día de hoy no se han reparado.

3.      El exceso de fertilizantes que llega a los océanos es una de las causas principales de las mareas rojas de plankton muerto, generando un desequilibrio a gran escala en la vida marina.

4.      Cada año se consumen alrededor de un trillón de bolsas de plástico, de las que solo se recicla una ínfima parte (menos del 1%) porque es mucho más barato fabricar bolsas nuevas que reciclarlas. La mayoría de las bolsas de plástico van al mar desde barcos o a través de los desagües. También contaminan nuestros ríos y la tierra. Cerca de 200 diferentes especies de vida marina, incluyendo ballenas, delfines, focas y tortugas mueren a causa de las bolsas plásticas, al confundirlas con comida. Asimismo, las bolsas plásticas se fotodegradan y partículas microscópicas tóxicas entran en la cadena alimentaria.

5.      Si usamos una bolsa de tela, podemos ahorrar seis bolsas por semana, 24 bolsas al mes, 288 bolsas al año, 22.176 bolsas durante una vida promedio.

6.      En el 2005, Ruanda prohibió las bolsas plásticas. En el 2007, Bangladesh hizo lo mismo. En el 2008, China prohibió las bolsas plásticas gratuitas. Irlanda fue la primera en Europa en poner impuestos sobre las bolsas plásticas en el 2002. De esta forma, ha reducido el consumo en un 90%. Israel, Canadá, India, Botswana, Kenya, Tanzania, África del Sur, Taiwán y Singapur también han prohibido las bolsas plásticas o están en proceso de prohibirlas.

7.      En el mundo existen actualmente más de 10 millones de tablistas. Si es que consideramos lo que dijimos en un inicio, que el surfer en teoría es un protector de la naturaleza, tendríamos a 10 millones de personas protegiendo el medio ambiente en el mundo. Claro está, en adición a los ambientalistas que ya existen por todo el mundo, que irónicamente son muchos más donde hay escasos o nulos recursos naturales.

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