“¡Es la cosa más intensa que hice en mi vida! Es como si el edificio Empire State se te viniera encima. Me alegro de estar de vuelta en casa”, dijo McNamara. Junto con su compañero de equipo Keali’i Mamala, se convirtieron en los primeros -y tal vez los últimos- en montar con sus tablas de surf sobre las olas de un glaciar, con alturas de hasta 7 metros, en aguas terriblemente frías y con la presencia de los enormes bloques de hielo cayendo a escasos metros de distancia. La increíble hazaña tuvo lugar en el glaciar Child’s sobre el río Copper, cerca de la ciudad de Cordova, en Alaska.
El fenómeno de las olas del glaciar, generadas al desprenderse los gigantescos bloques de hielo de sus paredes, fue descubierto en 1995 por el fotógrafo y documentalista Ryan Casey. Siendo él mismo un surfista intrépido, consideró que esas olas podrían resultar ideales para una experiencia de surf extrema. El proyecto le dio vueltas por la cabeza durante años, hasta que finalmente el pasado mes de agosto dos de los mejores surfistas del mundo lograron la proeza, filmados y documentados por un equipo coordinado por el propio Casey.
Para observar las espectaculares fotos de la experiencia y obtener más información, se puede consultar la página www.glaciersurfing.com
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