Algunas cosas merecen ser vistas. Otras merecen ser cubiertas. Envolver, rodear, tapar y descubrir. Tal vez dar un nuevo significado o revalorar algo. Tal vez reducirlo a sus formas geométricas más básicas. Lo bueno del arte es que se puede interpretar libremente. Edificios, naturaleza, monumentos, islas, agua. Para estos artistas cualquier lugar puede ser el lienzo de su obra.
Christo es mitad búlgaro y mitad americano, Jeanne Claude es franco-norteamericana. Se conocen en París en 1958. Ella venía de estudiar filosofía latina en Túnez y él, arte contemporáneo en Sofía. Para 1960 Jeanne-Claude daba a luz a su hijo Cyril.
Desde ese entonces hasta el 2005 ambos intervinieron muchos espacios públicos, como el Central Park de Nueva York. Museos, edificios, paisajes, entre otros lugares. Su trabajo recurre a los textiles o viniles, a materiales que puedan cubrir grandes extensiones de terreno, que puedan ser movidos por el viento. A colores que resalten en el entorno y que a pesar de ello, no terminen por divorciarse del paisaje. Es arte a gran escala.
No son las obras las que viajan, son ellos los que se mueven para intervenir y crear obras temporales. O tal vez es una pieza itinerante, pero que muta y toma otra forma. Si las fotos que ven en el blog no cubren su curiosidad visiten su pagina web:
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