El mar también tiene heridas en su historia. El inmenso manto azul ha sido protagonista y testigo de grandes guerras. Por momentos dejó de ser azul y cambio al rojo a causa de toda la sangre que llegó a diluirse en sus olas.
Las playas de Normandía en Francia son testigos de una de los episodios más importantes en la historia de la humanidad. Allí se llevó a cabo una de las maniobras aliadas que decidió la segunda guerra mundial. En sus aguas y en sus orillas mueren muchos soldados que eran sorprendidos por la artillería alemana ubicada en los acantilados.
Hoy en día en esas playas la gente veranea, navega, tiene casas y clubes. A menos de 2 kilómetros de la orilla de Omaha beach, una de las playas del desembarco, se ubica uno de los cementerios de la guerra. Cuando pisas la arena y te paras frente a sus costas, la playa te habla, te eriza la piel. Barcos fantasmas te hacen recordar lo que allí paso. Intentas no imaginar que aún hay casquillos de balas enterrados en la arena, que algún día de su historia ese mar se tiñó de rojo.
El documento fotográfico más importante de aquel día lo tiene Robert Capa. Reconocido fotógrafo de guerra, uno de los fundadores de la agencia Magnum. Sus fotografías son desde dentro, como si el destino le hubiera puesto un escudo protector para que sus fotografías puedan llegar a las generaciones posteriores. Estas fotos nos hacen recordar que el mar también vio pasar la historia en sus aguas. Una razón más para respetarlo y cuidarlo como a cualquier fuente histórica.
Texto: Eduardo Cardozo
Imágenes: Robert Capa, Eduardo Cardozo
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